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Y hablando de recuerdos…

Y hablando de recuerdos… Sinceramente no sabía donde ubicar lo que sigue a continuación, que si bien aún no está escrito lo tengo en la cabecita. Me he decantado, ya, a priori, a ponerlo en TWL antes que en Doglife (mi lado más íntimo y personal) porque creo que hoy en día, lo de leer tebeos, sin ser japoneses, de ti@s en mallas o eróticos, es lo suficientemente underground para acogerlo en esta nuestra querida weblog de las profundidades.

Como decía, leer cómics ya está demodé, incluso en la contracultura. Nombres como Peter Bagge, Daniel Clowes o Robert Crumb, tan importantes, incluso famosos, han sobrevivido gracias a otros medios como la ilustración, el periodismo, el arte o el cine, y la verdad es que ni siquiera se escuchan ya demasiado, a no ser que seas lector de tebeos. (La muerte del Víbora)
Bueno, pues sumémosle a todo esto un autor español, unas historias cotidianas (aunque pueden llegar a ser increíbles) y un estilo no muy espectacular, en principio. Les hablo de Carlos Giménez. No voy yo a dar una charla profusa sobre su vida y obra, no. Solo les hablaré de emociones. Giménez ha dicho muchas veces que él no es sensible, es sensiblero. Que más dará. Sus historias, narradas con un estilo perfecto, están llenas de humanidad, o más bien, yo diría de humanismo. El hombre es un ser complejo a veces, simplón otras; malo, bueno, cabronazo, santurrón, cruel, tierno, asesino, salvavidas, ridículo, pletórico... Todo está entre los recuadros de sus viñetas. Rememorando sucesos de su vida, tan dura en los hogares de Auxilio Social, tan gris cuando vuelve a su barrio y tan cutre y divertida en los años que se hace profesional de lo suyo, creo que es cuando se expresa mejor. No es una autobiografía en toda regla, como las puedan ser las de Harvey Pekar, Crumb o Chester Brown en sus cómics. Es una síntesis, un medio para expresar sus ideas, su postura vital. A partir de unos personajes ficticios ( pero tan reales que se pueden asociar a personas con nombres y apellidos) mezcla sus recuerdos y los de la gente que le rodeó, para narrar su historia en particular, y la de este país en general.
Yo, que quieren que les diga, cada día lo admiro más.
Visiten su web www.carlosgimenez.com y ya me contarán. Y sobre todo, lean sus tebeos, si es que aún no lo han hecho.
También recomendable para hacerse una idea general un artículo de Marc Montijano Cañellas en Homines.com

En el dibujito Pablito García (el propio Giménez) y Adolfo M. Carrillo (Adolfo Usero, amigo de Carlos desde los oscuros años de Auxilio Social)

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